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LightBlog

lunes, 12 de noviembre de 2018

Buena iluminación para aumentar tus ventas

Muchas son las variables a tener en cuenta a la hora de diseñar una instalación de iluminación comercial para un negocio o espacio comercial, valga la redundancia, ya sea público o de cualquier otra índole.



En contra de lo que el gran público cree son muchos los tipos de luz que podemos emplear. Así mismo, también es necesario estudiar otros muchos aspectos como potencias, tipo de transformadores, temperaturas, color, etc.

Existen variadas técnicas de merchandising que ayudan a estimular la afluencia de público o aumentar las ventas en los establecimientos comerciales. Una sin dudas relevante es el diseño y funcionalidad de la iluminación, ya que la luz y las emociones mantienen una estrecha relación con la percepción.


El color de las luces, además de su carácter funcional, también cumple un efecto decorativo. Esto, aunado a lámparas llamativas, podría ser de mucha ayuda en el ornamento del local, haciéndolo más atractivo para el cliente y más relevante en el incentivo de la compra.

Una iluminación dinámica tiene el poder de atraer a la gente. Hay sistemas de iluminación que pueden dotar a cada tienda de un auténtico poder de mercado y a la vez dar vitalidad a la marca.

Habitualmente, gente sin conocimientos técnicos, a la hora de enfrentarse a una instalación de iluminación, percibe los diferentes tipos de lámparas como fuentes generadoras de luz, sin más. Esto es un error. Por poner un símil quizá demasiado exagerado, sería como no diferenciar entre la multitud de tipos de revestimientos cerámicos a la hora de elegir un acabado para el pavimento.

La elección del tipo de luz depende del caso concreto y de las premisas a las que le otorguemos mayor o menor importancia como proyectistas. Con esto queremos dejar muy claro que no existe el Diseño Lumínico estándar que podamos definir como plantilla o modelo a seguir.

Una vez nos hayamos decantado por un tipo de luz o combinación de varios tipos continuamos con el diseño.
En función de la disposición o uso que le demos a una misma lámpara podemos conseguir diferentes formas de iluminar. Me explico con un ejemplo: Con una lámpara fluorescente compacta, conocida coloquialmente como “de bajo consumo”, ubicada en una luminaria con un reflector que concentre mucho el halo de luz conseguimos una iluminación puntual o de acento.

Una vez elegida la fuente o tipo de luz y el modo de iluminar con ella, nos quedarían por definir los últimos detalles. Para un mismo tipo de bombilla, en ocasiones, podremos elegir entre diferentes casquillos o posibilidades de colocación, así como variadas potencias en función del volumen a iluminar.





Sin lugar a dudas la iluminación de espacios comerciales es una de las secciones técnicas de un proyecto que requiere de una mayor experiencia y valía profesional. Un buen diseño de la iluminación comercial puede restar importancia a ciertas deficiencias de un mal proyecto si empleamos las armas de las que disponemos con astucia ¡Pero ojo! El caso contrario también puede ocurrir y una mala planificación de la iluminación puede “arruinar” un espacio comercial completo cuando ésta entra en acción.